lunes, 30 de agosto de 2021

LA FATIGA EN LA EM


CORTESÍA: JESÚS PASCUAL


LA FATIGA EN LA EM

La fatiga es el síntoma más común de la esclerosis múltiple y, en muchos casos, se convierte en uno de los peores, ya que puede llegar a repercutir enormemente en la calidad de vida de los afectados. Como otros síntomas, muchas veces es difícil distinguir la fatiga derivada de la esclerosis múltiple, ya que también puede estar causada por otros factores. Aún no se conoce la causa exacta del cansancio como síntoma de la enfermedad, aunque sí se puede combatir y superar de diferentes formas, con el objetivo de que no repercuta negativamente en la vida diaria de los pacientes.
Las personas con esclerosis múltiple que sufran fatiga deben, en primer lugar, detectar la fuente de este cansancio. Existen diferentes causas a evaluar antes de determinar que se trata de un síntoma de la esclerosis múltiple. Así, primero, hay que valorar otros factores que pueden incidir en el cansancio como el clima, los medicamentos que toma el paciente, los trastornos de sueño, o la depresión y el estrés.

Tras rechazar estas causas y si el cansancio está, definitivamente, vinculado a la EM, existen tres tipos de fatiga:
La fatiga relacionada con problemas de movilidad: la esclerosis múltiple puede provocar que actividades fáciles y cotidianas se conviertan en un sobreesfuerzo para los afectados, y por lo tanto, produzcan cansancio. Entre los problemas de movilidad destacan la ataxia, relacionada con la descoordinación muscular, y la espasticidad, vinculada a la rigidez de los músculos. Estas dificultades pueden tratarse mediante estiramientos o con equipos que faciliten la movilidad del paciente.
La fatiga relacionada con problemas respiratorios: uno de los síntomas más graves de la esclerosis múltiple es su incidencia en la respiración del paciente. Esto provoca que cualquier actividad pueda llegar a agotar y aumente el cansancio. Para tratar este tipo de fatiga, se puede recurrir a ejercicios de respiración para mejorar el funcionamiento de los pulmones o a un terapeuta ocupacional que le aconseje sobre aparatos que ayuden a respirar.
Fatiga primaria de la EM: se trata de un diagnóstico por eliminación, cuando ya se ha comprobado que las otras dos causas no son la fuente del cansancio.

En el caso de la fatiga primaria, la causa no está identificada, y por lo tanto, determinar un tratamiento es más complicado. Las soluciones se basan en estrategias marcadas por especialistas y en medicamentos recetados.

Muchas veces, algunos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a mitigar dicho cansancio. Medidas tan simples como seguir una dieta saludable, dejar de fumar, tener un horario planificado de actividades, mantener el cuerpo a una temperatura fresca, o realizar ejercicios de relajación, pueden ayudar de manera sorprenderte a reducir el nivel de fatiga, sin necesidad de soluciones médicas.

Si todos estos recursos no son suficientes y la fatiga sigue repercutiendo en la vida de la persona, se debe recurrir a un experto en equipo adaptativo, que evalúe su estado y cree las denominadas Estrategias de Eficacia de Energía (EEE). Así, este experto, según la situación, creará un programa de ejercicios aeróbicos, le aconsejará posibles cambios en sus aparatos para que le sean de máxima ayuda, y valorará modificaciones en el ambiente de la casa del paciente y de su puesto de trabajo para mejorar su calidad de vida.. 


 

domingo, 22 de noviembre de 2020

EL DOLOR EN LA EM 


Cortesía: Jesús Pascual de grupo de fcbk "Amig@s con Esclerosis Múltiple"




EL DOLOR EN LA ESCLEROSIS MULTIPLE: Uno de los síntomas de la esclerosis múltiple que más puede afectar a la calidad de vida del paciente es el dolor. Casi dos tercios de las personas con EM padecen al menos un episodio de dolor. Se trata de un síntoma complejo y que puede manifestarse de diversas maneras. El tratamiento mediante fármacos y un abordaje multidisciplinar pueden ayudar a la mayoría de pacientes.
El dolor es un aspecto que puede presentarse en una amplia mayoría de pacientes afectados de esclerosis múltiple. La intensidad y la duración del dolor pueden ser muy diferentes según cada caso concreto. En general, el dolor puede clasificarse en dos tipos, en función de su causa:
◦Dolor nociceptivo: se trata de un dolor que procede de los huesos, músculos y otros tejidos conectivos. Normalmente aparece o empeora con los movimientos y/o la palpación.
◦Dolor neurogénico: se trata de un dolor de origen neurológico y no de tipo osteoarticular como el anterior. En el caso de la EM, es debido a las lesiones sobre la mielina que se producen en el cerebro y/o la médula debido a la propia enfermedad. Es un dolor que se describe como lancinante y que puede aparecer en cualquier momento y tener una duración corta.
Prescribir el tratamiento correcto dependerá, en gran medida, de identificar correctamente el tipo y la causa del dolor. Si el dolor es de tipo neurogénico, se prescriben fármacos ‘neuromoduladores’ que, como el mismo nombre indica, modulan la transmisión del impulso nervioso y, por tanto, también del dolor, minimizando la intensidad y la duración del mismo. Normalmente, son fármacos que también se utilizan para tratar la depresión y la epilepsia.
Si el dolor se produce por un aumento del tono muscular, como es el caso de la espasticidad, se prescribirá un tratamiento específico para este síntoma. Si el dolor es de naturaleza nociceptiva, se puede tratar con antiinflamatorios y analgésicos comunes e, incluso, con opioides si es necesario.
Todos los medicamentos pueden tener asociados efectos secundarios y, en el caso concreto de la EM, estos pueden agravar algunos síntomas ya presentes debido a la propia enfermedad: por ejemplo, la estabilidad, la somnolencia, etc. Por este motivo, es importante realizar una correcta evaluación individual del riesgo y el beneficio del fármaco en cuestión, antes de administrarlo.
En los últimos años también se investiga con los tratamientos no farmacológicos, denominados tratamientos psicosociales o conductuales. Algunos pacientes pueden necesitarlos como complemento de los medicamentos, si éstos no muestran suficiente eficacia. Un ejemplo sería la práctica de métodos de relajación; muchas veces, el dolor puede proceder de las tensiones o el estrés que una persona acumula. Hay muchos métodos de relajación y todos ellos pueden ayudar a mejorar la percepción del dolor.
El ejercicio físico suave, dentro de las posibilidades que la enfermedad ofrezca al paciente, también puede ser una ayuda para aliviar el dolor. Deportes como caminar, nadar o practicar yoga son algunos ejemplos de ejercicio que pueden ayudar al paciente a eliminar estrés, controlar el dolor y mejorar su condición física en general.
También, especialmente cuando este dolor se hace crónico, puede ser de gran ayuda recibir un apoyo psicológico como, por ejemplo, participar en un grupo de apoyo y otras formas de psicoterapia.
En resumen, un correcto planteamiento del tipo de dolor y sus causas, así como un abordaje terapéutico que incluya tanto tratamientos médicos como fisioterapia o técnicas de relajación, pueden ayudar a mejorar la percepción del dolor y, por lo tanto, la calidad de vida de los pacientes...


martes, 12 de mayo de 2020



MES MUNDIAL DE LA ESCLEROSIS MULTIPLE


Hablando de vínculos y algunos tips sobre la enfermedad

martes, 24 de marzo de 2020

Algunos tips para nosotros (caserito)




Mi humilde aporte como paciente con EM y TAB tipo II.
Espero ayude y les deseo una "SANITA" y entretenida cuarentena.

Abrazo desde Buenos Aires, Argentina,
Andrea Prestía.